Un cambio en la rutina del entrenamiento o en las zapatillas puede causar una inflamación plantar. Aunque el tratamiento es largo y tedioso, el 80% se cura después de seis u ocho meses.
La fascitis plantar es un problema que se manifiesta con dolor en el talón. Es muy habitual entre deportistas y es uno de los motivos más frecuentes de consulta de dolor en el pie. En corredores, se puede producir por cambios menores en la rutina de entrenamiento o en el calzado. Estos cambios causan que la fascia plantar se inflame y, como es una estructura sometida continuamente a impacto, esa inflamación no pueda ser evacuada completamente.
Es frecuente que los corredores que padezcan fascitis plantar noten dolor al apoyar el pie al bajar de la cama y poco a poco disminuya el dolor al entrar en calor. Las molestias vuelven al finalizar el día debido a la acumulación de inflamación tras los impactos sucesivos al caminar o al correr.
Los tratamientos tienen el objetivo de que se evacúe la mayor inflamación posible. Suele ser un tratamiento largo y tedioso, porque los mecanismos de evacuación de inflamación del talón del pie son escasos; por eso, no es infrecuente que una fascitis plantar pueda durar meses, incluso con tratamiento.
Afortunadamente, más del 80% de las fascitis plantares se curan en un periodo de entre seis y ocho meses desde el inicio de síntomas, y no deja secuelas. En el tratamiento, intentamos reducir el periodo de curación y tratamos que el corredor sufra el menor dolor posible.
Es frecuente que los ‘runners’ nos pregunten si es peligroso seguir entrenando. En principio no lo es, siempre que se realice de forma sensata. Si el corredor padece dolores terribles después de entrenar y al día siguiente anda cojo, es recomendable parar y modificar temporalmente el tipo de entrenamiento. En estos casos recomendamos sustituir la carrera por la bicicleta, ejercicios en elíptica o la natación. Cuando la fascia plantar esté menos inflamada, se podrá volver a los entrenamientos habituales.
A los corredores que entrenan con normalidad y que, al día siguiente, no sufren demasiado dolor no les prohibimos que sigan entrenando, pero siempre con precaución y controlando que su dolor no se incremente.
Antiguamente, se creía que las fascitis plantares se relacionaban con que el corredor fuera pronador o supinador, pero hoy día sabemos que no es así
La fascitis plantar suele aparecer en los inicios de temporada. En los corredores, hemos observado un pico importante de diagnóstico en otoñodebido a que en verano se cambian hábitos: realizan un parón, hacen menos deporte y cuando inician rutinas más exigentes en septiembre y octubre desarrollan esas fascitis por el cambio de hábitos.
Desconocemos por qué una fascitis se genera en el paciente, excepto en escasísimas ocasiones en las que el corredor ha sufrido un golpe directo. En la mayoría de las ocasiones, el corredor no recuerda cómo empezó y lo relaciona con cambio de hábitos, de rutina o de entrenador. Las fascitis plantares se benefician de las zapatillas que son muy almohadilladas en la parte trasera (como el 99% de las que se comercializan). El talón debe estar lo más retenido posible para evitar el bandeo (el 99% de las zapatillas llevan un refuerzo en el talón suficientemente fuerte). Antiguamente, se creía que las fascitis plantares se relacionaban con que el corredor fuera pronador o supinador, pero hoy día sabemos que no es así.
El estudio biomecánico de esta lesión ha llevado a concluir que la fascitis plantar tiene que ver con el sistema que une gemelos, tendón de Aquiles y la fascia plantar que nos permite impulsarnos y resistir los impactos contra el suelo al correr. Es una cadena mecánica en la parte de atrás de la pierna. Los corredores que poseen este sistema más elástico padecen fascitis plantares leves y se recuperan mucho más temprano. Los que tienen el sistema menos elástico desarrollan fascitis más lentas y difíciles de curar.
Antiguamente, se trabajaba mucho la fascia en la planta del pie con ejercicios para evacuar inflamación de manera mecánica. Hoy hemos visto que son mucho más eficaces los tratamientos que modifican todo el sistema aquíleo-calcáneo-plantar para poder evacuar más inflamación. Recomendamos ejercicios activos —que muchos corredores conocen— para calentar el Aquiles y el gemelo que se denominan ejercicios excéntricos. De hecho, más del 80% mejora con estas prácticas y no es necesario tratamiento quirúrgico.
Solo en casos muy contados, en el que los corredores no mejoran en más de ocho o nueve meses de tratamiento, se recurre a la cirugía
El ejercicio excéntrico se debe realizar de forma muy concreta. Si no se realiza correctamente, no es eficaz. Hay que colocar el pie en un escalón de manera muy específica, bajar a una determinada velocidad para que la evacuación de la inflamación sea mayor. Hay estudios publicados que comparan un ejercicio excéntrico bien hecho con uno mal hecho y el periodo de recuperación en ‘runners’ que hacen correctamente estos ejercicios es mucho más corto. La ventaja que tenemos los traumatólogos con los corredores es que suelen ser muy disciplinados y cuidan muy bien sus entrenamientos y sus enfriamientos.
Solo en casos muy contados, que no mejoran en más de ocho o nueve meses de tratamiento, se recurre a la cirugía. La intervención en estos casos también ha cambiado: se ha dejado de operar la fascia en la planta del pie para realizar un alargamiento gemelar que permite destensar todo el sistema aquíleo-calcáneo-plantar. El objetivo es que todo el sistema sea más elástico y que la evacuación de inflamación sea mejor. Esta cirugía la hemos probado en deportistas de élite que han vuelto a competir a alto nivel y les permite no perder potencia muscular.
Dr. Manuel Monteagudo, traumatólogo de la Unidad de Pie y Tobillo del Hospital Universitario Quirónsalud Madrid.
Fuente: www.elconfidencial.es – https://www.elconfidencial.com/alma-corazon-vida/running/2018-07-26/fascitis-plantar-runner-corredores-dolor-talon-bra_1597136/