El tradicional callista, actualmente podólogo, es la persona cualificada para encargarse de la prevención, diagnóstico, tratamiento y rehabilitación de enfermedades que afectan a los pies.
En principio, es posible acudir al podólogo siempre que se quiera, como puede ser para realizar un estudio de la pisada, porque simplemente has decidido comenzar a correr. Es recomendable hacerlo siempre que se tenga un dolor o molestia en los pies, especialmente si se prolongan el tiempo.
Casos en que es recomendable ir al podólogo
– Lesiones en pies, tobillos, rodillas, o dolor en articulaciones al caminar
Si eres una persona que sufre constantemente lesiones, ya sea en los pies, tobillos o rodillas, es conveniente que acudas a un podólogo, pues las razones podrían encontrarse en algún tipo de anomalía al caminar, y la evaluación de tu situación puede ayudarte a prevenirlas o evitarlas.
Igualmente es aplicable a quienes tienen molestias en las articulaciones al andar.
– Pies planos o cavos, dedos en garra
También lo es en los casos en que, por tu tipo de pie, cavo o plano, sea conveniente una revisión periódica o la utilización de plantillas ortopédicas o calzado especializado. Con ello, se consigue evitar y aliviar dolores, e incluso, es posible corregir el problema.
En estos casos, se recomienda un seguimiento para que el pie se vaya normalizando, y se eviten malas posturas a la hora de caminar que pueden agravar los problemas.
Lo mismo puede indicarse en el caso de que se tengan los dedos en martillo o con forma de garra, ya se trate de un problema de nacimiento o no. La consulta al podólogo puede ayudar a evitar molestias, además de recomendarte usar calzado adecuado para que los dedos puedan estar estirados.
– Utilización de plantillas o calzado ortopédico
Acudir a un podólogo también es básico si es necesaria la utilización de plantillas o calzado ortopédicos, ya que es recomendable un seguimiento para corregir problemas o aliviar posibles molestias.
En el mismo sentido, en el caso de haberse padecido algún tipo de lesión en los pies, es recomendable acudir al podólogo para realizar las revisiones pertinentes.
Por otro lado, no conviene utilizar plantillas u ortesis para reducir molestias sin una evaluación del podólogo, ya que podríamos estar ocasionando un efecto contrario al que buscamos.
– Molestias en los pies o al caminar en la tercera edad
Puesto que las patologías en el pie tienden a agravarse si no se tratan, son frecuentes en la tercera edad, como, el aplanamiento del pie, los juanetes o los dedos en garra. En ocasiones, se produce por la evolución del uso continuado de calzado inadecuado. Además, las molestias o inseguridades al caminar durante la tercera edad, pueden resultar en caídas, agravándose el cuadro patológico general
Otros motivos de visita al podólogo
– Callos o durezas
Las ventajas de consultar con el podólogo estos casos no se limitan a las distintas posibilidades de tratamiento de los daños, ya que el podólogo cuenta con instrumentos más adecuados para realizarlos, como la quiropodia, sino también, porque su evaluación puede ayudarnos a determinar las causas, y así, evitar que se sigan produciendo.
– Diabetes o uso de sintrom
Otro de los casos en los que se debe acudir al podólogo está relacionado con un tipo concreto de enfermedad, la diabetes, o con los efectos secundarios de medicamentos como el sintrom.
La razón es que, por un lado, si se padece esta enfermedad o se toma sintrom, no deben utilizarse callicidas por cuenta propia.
Y, por otro, porque la diabetes tiene como daños colaterales el riego insuficiente de las extremidades, e incluso, la pérdida de sensibilidad en determinadas zonas. Por ello, si eres diabético y tienes alguna molestia los pies, conviene consultar al podólogo.
– Uñas encarnadas, bromhidrosis o infecciones
Otro de los motivos de consultas más frecuentes son las uñas encarnadas, es decir, los casos en que la uña crece incrustándose en la cámara el dedo. El podólogo te ayudará detectar el problema en el caso de que se deba algún tipo de calzado y cuenta con herramientas para cortar las uñas de forma que el problema se minimice.
También lo es la bromhidrosis, u olor de pies, debido a un fallo o genético apocrino. El podólogo puede recomendarte aspirantes y jabones especiales, u otros tratamientos adecuados.
Por último, el caso de que se sufra algún tipo de infección en los pies como puede ser las ocasionadas por hongos en las uñas, onicomicosis, o bacterias que producen ampollas y grietas entre los dedos de los pies, el denominado pie de atleta, entre otras.
En ambos casos, será necesario observar las indicaciones y tomar los medicamentos fungicidas o antibacterianos que se receten.
Con todo ello, tendrás más claro no solo cuando debes acudir a un podólogo, sino también, las ventajas de hacerlo.
Fuente: http://muysaludable.sanitas.es/salud/prevencion/cuando-debo-acudir-podologo/